Conociendo las Cataratas del Iguazú

Quiero confesar que no esperaba mucho de este viaje, pero realmente superó totalmente mis expectativas. Sin dudas al conocerlas, entiendo el motivo por el que son llamadas maravilla del mundo.

Puerto Iguazú
Mi visita fue en el mes de octubre, la temperatura máxima media es de 29° y hay bastante humedad. Los días que estuve no fueron la excepción. Así que, si vas a viajar por esas fechas, lleva ropa fresca y alguna campera de lluvia.
Me hospede en el hotel Panoramic Grand en Puerto Iguazú (Argentina) que se encuentra ubicado a unas pocas cuadras del centro y tiene vistas “al borde del mapa”. Pude apreciar el río Iguazú y Paraná y la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.

El primer día disfruté de las instalaciones del hotel y recorrí el centro de Puerto Iguazú. Allí visité la plaza San Martín, la catedral, locales comerciales y regionales. Por Av. Brasil se pueden disfrutar bares, restaurantes y, al final de la misma, se encuentra el paseo de compras conocido como “ferinha”.
Lado argentino
El lado argentino de las cataratas me esperaba al día siguiente. En mi caso fui con una excursión ya contratada que incluía el traslado más guía durante el recorrido, pero tranquilamente se la puede recorrer sin contratar excursión previa. Es más, tengo ganas de volver y contarles esa experiencia. De todos modos, no debo negar que el tener guías, te enseña de otra manera lo que estás viendo y lo disfruté.
Al llegar al Parque Nacional se debe abonar la entrada al mismo (más allá de que se contrate excursión, las mismas no incluyen la entrada al parque y deberás abonarla al ingresar. Tiene un valor de $610 para residentes argentinos mayores de 16 años y $350 para niños residentes de entre 6 a 16 años. En cuanto a mayores de 16 años residentes del Mercosur, el precio es de $1680 y $660 para niños residentes del Mercosur de entre 6 y 16 años.
Los valores pueden sufrir modificaciones, así que antes chequeá el listado de tarifas.
Abordé el tren ecológico, que tarda media hora en llegar a la última parada, la Garganta. La parada anterior es para hacer los circuitos inferior y superior. El tren no es obligatorio, todos los recorridos se pueden hacer caminando.
Tiene una longitud de 2200 metros (ida y vuelta) y es accesible para cualquier persona. Al bajar del vehículo, lo que más me impactó fue el sonido. No estaba viendo ninguna catarata, ninguna caída, pero si la escuchaba.
Al hacer unos metros por el inicio de la pasarela, con lo primero que me encontré fue con el balcón de la Garganta del Diablo. La emoción me dejó sin palabras. La típica frase de “tenés que verlo para entenderlo” es lo que les voy a decir. Lo que me generó esa caída de agua no se los puedo explicar en palabras, pero lo voy a intentar.
Saltos de 150 metros de largo con una caída de 80 metros de alto (imaginate un edificio de 30 pisos) que confluye en forma de herradura. El sonido es aturdidor, solo se escucha la caída constante que no cesa y no podés entender cómo es que cae tanta agua y no deja de caer. Las aves que atraviesan los saltos. Los incontables acoiris que se forman en diferentes momentos. La gente que se emociona y no deja de sorprenderse con lo que están viviendo.

Siguiendo con el recorrido, continué por el circuito superior, donde pude conocer la parte alta de diferentes saltos, como el salto Dos Hermanas, Ramirez, Chico, Bosetti, entre otros. Llegando al final, tuve una vista panorámica del Parque Nacional tanto del lado argentino como del brasileño. Luego, hice una pausa para poder almorzar en alguno de los paradores que tiene el parque.

El punto siguiente fue el recorrido del circuito inferior. A diferencia del anterior, caminamos por las pasarelas que se encuentran en la parte baja de las cataras (en algunos momentos el camino es empinado y puede cansar, pero no es de gran esfuerzo). A lo lejos se pudo volver a ver la Garganta del Diablo y el Salto Bosetti. Al seguir el camino, volví a llegar al salto Dos Hermanas, pero con una vista inferior y allí una plaza para mirar/descansar.

Esta visita me tomó el día completo, con lo que llegué al hotel a la tarde (alrededor de las 18 horas) y luego, fui a cenar por el centro de Puerto Iguazú. Dejo algunos restaurantes donde comí y recomiendo:
– La Rueda
– El Quincho del Tío Querido
– El Fogón
– La Doña
Lado brasileño
El último día, visité las cataratas del lado de Brasil. Al igual que el día anterior, contraté excursión para realizar el recorrido. La entrada para miembros del Mercosur es de 82 Reales (a partir de 12 años) y 14 Reales (de 2 a 11 años).
Los valores pueden sufrir modificaciones, así que antes chequeá el listado de tarifas.
En comparación con el recorrido realizado el día anterior, este fue mucho más corto. Para que se den una idea, al mediodía estaba almorzando fuera del parque. Esto se lo traslado para que puedan organizarse y disfrutar de este día haciendo otras actividades o descansando.
El Parque Nacional do Iguaçú tiene una única pasarela en un único sentido para contemplar los diferentes saltos y apreciar las vistas panorámicas.
El camino finaliza en el mirador de la Garganta, donde literalmente vas a poder tocar la caída y te vas a mojar. Esta vista es impresionante.

Muchos caen en la duda de cuál es el lado más lindo y la verdad creo que ambos tienen su encanto y valen la pena ser visitados. Argentina tiene el 80% de las cataratas con lo que, desde Brasil, se pueden tener increíbles vistas de ese caudal.
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